martes, 29 de junio de 2010

Y más

ESCENA 5: CONOCEMOS A CLAUDIO

El Diablo está con Miriam y Cynthia sentado en un café, puede ser interior o exterior, como prefieras. El caso es que en otra mesa, sin verlos, está Claudio, tomando café con cigarrillos apuntando y tachando cosas en una libreta (no tienes que dar ese detalle, simplemente que se vea en su gesto que está intentando escribir y no le sale).

Diablo: ¿Y qué te parece?

Miriam: Bueno, no sé, tiene un pase si es simpático, inteligente o rico. O si voy suficientemente borracha.

Diablo: No he dicho nunca que tengas que acostarte con él, sólo necesito que lo tengas vigilado, que me digas dónde va...yo no me puedo acercar, me reconocería.

Cynthia: ¿Y de qué lo conoces? ¿Para qué le necesitas? No me gusta que te pongas en plan críptico, ya te conozco suficiente como para que el ir de misterioso no te gane suspiros de adoración.

Diablo: No me conoces tanto como crees. ¿Quieres saber quién es? No es un secreto: es el que está escribiendo nuestra obra de teatro. Pero él aún no lo sabe. Pero desde el día que le vi por primera vez, supe que tendría que hacerlo él. No había visto a un hombre cuervo así desde hace siglos.

Cynthia: ¿Un hombre cuervo?

Miriam: Yo veo a un tipo normal.

Diablo: Eso es porque no podéis verlo con mis ojos. Algunos hombres están tan cerca de salir volando que tienen cabeza de pájaro, aunque cuando despegan por la ventana siempre acaban estampándose contra el suelo.

Cynthia: Ah, es una especie de suicida.

Diablo: Bueno, muchos de su especie lo son. Éste lo parece, pero no sé, la gente es impredecible, yo al menos espero que siga vivo un tiempo más. Pero lo importante es que entiende mi misión, y sabe que va a ayudarme. Necesito que os fiéis de mí.

El móvil de Cynthia suena. Ella contesta.

Miguel: Hola, ¿has considerado mi oferta?

Cynthia (nerviosa): Ah, ehm, esto, no puedo hablar ahora.

Diablo: ¿Quién es?

Miguel: Claro, lo entiendo. Nos veremos mañana, recuerda: te convertiré en una estrella, elevaré tu voz a los cielos y cantarás sobre el mundo entero.

Cynthia: Adiós, ya hablaremos. *cuelga* Es...eh...el jefe del Bourbon, dejé un currículum y me ha llamado para una audición.


ESCENA 6: EL CONTRATO

Miguel sostiene el papel en sus manos. Está en un despacho enorme, moderno, muy moderno, de hecho. Diseño minimalista, cool, todo blanco y muy Apple. Sobriedad de rico, vamos. Frente a él Cynthia, acongojada por el lujo del despacho.

Miguel: Entonces repasemos. Haremos una primera tirada de medio millón de copias, la salida irá acompañada de entrevistas en televisión, promoción en radio, prensa, internet y tele, una campaña con un presupuesto de dos millones para empezar, pero tranquila que con una buena respuesta podremos empezar...más en serio. Entonces, ¿me firmas el contrato de cesión de voz?

Cynthia: Todavía no entiendo por qué ésta súbita oferta, ¿tanto confías en mi voz? ¿Y si te decepciono? Soy terrible con las cámaras, ¿qué te hace pensar que estoy preparada? Además, las canciones las compone mi novio y él no sabe que...

Miguel: Olvídate de esas canciones, necesitamos algo pegadizo, que pueda entenderse rápidamente, una música optimista y una letra a juego. No te preocupes, tenemos a un equipo trabajando en varias canciones.

Cynthia: Pero yo no quiero ponerme a cantar estupideces para gustar a la gente, para poder cantar algo bien necesito que salga del corazón. Por dinero puedo hacerlo correctamente, pero si no amo la canción, nunca la cantaré de verdad.

Miguel: Oh, tranquila, tendrás toda la ayuda que necesites. Además, empezarás cantando esto, pero en cuanto estés posicionada como estrella tendrás más libertad para centrarte en un estilo más propio. Lo primero que necesitas es un nombre, cuando lo tengas habrá más gente dispuesta a escuchar lo que quieras realmente cantar.

Cynthia: No sé, esto es un gran paso...tengo miedo de acabar siendo una de esas estúpidas divas discográficas que odio, perseguida por paparazzis y humillada por la pensa rosa.

Miguel: Cynthia, tú estás por encima de todas esas cosas. ¿Realmente crees que serás tan tonta como para dejar que la fama te atrape y te destruya? Conserva tu humildad, tu carácter y tu fortaleza y no tengas miedo de abrazar tu grandeza. Te la mereces. Te estoy dando la oportunidad de llegar a millones, tu voz puede cambiar las cosas.

Cynthia: Creo que le preguntaré a mi novio. Se hace tarde, me iré a cenar a casa y se lo comentaré...

Miguel: En el momento en que cruces esa puerta, mi oferta se desvanecerá. Quemaré el contrato y tu futuro serán sólo cenizas en mi papelera. Volverás a tus antros, tus quimeras y tus culebrones. Y cuando seas un ama de casa cuarentona y gorda, le recriminarás a tu marido todo lo que pudiste ser y abandonaste por un piso en las afueras y 2,5 hijos gritones.

Cynthia: Me estás poniendo un ultimatum. Aún no he empezado a trabajar contigo y ya me impides meditar mis decisiones. Me voy.

Cynthia se para en el umbral.

Miguel: Necesito que estés completamente decidida a empezar esto conmigo, no quiero aceptar medias tintas por culpa de tus amores. Piensa si él merece que cruces esa puerta y hagas pedazos tu futuro. El amor no dura para siempre, los diamantes sí.

Cynthia: Claro, y son el mejor amigo de una chica. Espero no arrepentirme de esto. Si me la juegas, te mataré.

Cynthia firma el contrato.

Miguel sonríe mientras guarda el contrato en una carpeta elegante: Por supuesto, no esperaba menos. Nos volveremos a ver.

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