lunes, 28 de febrero de 2011

LUCIFER Y EL BORRACHO

El borracho berrea obsenidades a Cynthia mientras canta en un local.

Lucifer: Esa a la que berras es mi novia.

Borracho: ¿Qué vas a hacer? ¿Partirme los morros?

Lucifer: Tranquilo jefe.
Lucifer se sienta en la mesa del borracho, haciendo un gesto al camarero
Otra copa de lo que esté tomando el amigo.

Lucifer: En realidad quiero hablar contigo un momento, mira, soy un fotógrafo aficionado y quiero enseñarte unos...desnudos artísticos.

Lucifer se saca un sobre del bolsillo, se lo entrega al borracho, que las mira con cara de terror.

Lucifer: Desde luego das menos asco con ropa, pero me das ganas de vomitar igualmente.

Borracho: ¿De dónde has sacado estas fotos? Es imposible, no...no es posible, te hubiese visto...no...¿qué quieres? ¿Dinero?

Lucifer: Oh, no, no, sólo quiero que pienses en ello. Y que pienses que yo lo sé. Quédate las fotos y míralas. En mi larga vida he conocido todos los vicios de la humanidad, y los tuyos son los peores. Ni siquiera en el infierno habrá lugar para ti.

Lucifer escupe en la copa del borracho y se la acerca con hostilidad a la boca.

Lucifer: Buenas noches.

ESCENA 4: EL ENTIERRO DEL BORRACHO

Miguel y el Diablo están de pie mientras una tumba entra en la tierra. El cura, los invitados, etc son más bien difusos, aunque debe uno fijarse que entre ellos está su hermano Gaspar, un hombre trajeado y peinado hacia atrás con aspecto de político Zaplana/Artur Mas, de mandíbula cuadrada y cara de seductor de cámaras. Pero olvidémonos de Gaspar ahora, el público se fijará más bien en la foto del borracho en una mesa junto a la lápida, una foto de ese borracho bien peinado y vestido, bien puesto para el retrato.

Diablo: Ah, Miguel, sabía que vendrías. No se me ocurría otra manera de quedar contigo, ya no me coges el teléfono.

Miguel: Y para eso has matado a este hombre.

Diablo: Ay no, cómo dices eso de mí. Yo sólo señalé la ventana, él se tiró solito. Plaf. Me pregunto como se sentirá cuando llegue a las puertas del cielo y vea que Dios se ha ido.

Miguel: ¿Nunca le echas a faltar?

Diablo: Contra él vivía mejor, ahora tenemos que buscarnos un nuevo propósito. Pero no se vive tan mal sin Dios, fíjate, tú ganas dinero vendiendo libros de autoayuda. ¡Alguien de tu nivel! Qué bajo ha caído el cielo.

Miguel: Al menos no voy por ahí levantando las faldas a las mortales.

Diablo: Oh, Cynthia es adorable. Tú nunca lo apreciarías, siempre has sido un snob...pero los mortales tienen cosas que enseñarnos. Son tan breves, pero tan...intensos a la vez... la herencia que nos dejó el de arriba antes de hacer las maletas y largarse. Además, tú también te codeas con los mortales, con los importantes. Mira a Gaspar.
LUCIFER Y EL BORRACHO

El borracho berrea obsenidades a Cynthia mientras canta en un local.

Lucifer: Esa a la que berras es mi novia.

Borracho: ¿Qué vas a hacer? ¿Partirme los morros?

Lucifer: Tranquilo jefe.
Lucifer se sienta en la mesa del borracho, haciendo un gesto al camarero
Otra copa de lo que esté tomando el amigo.

Lucifer: En realidad quiero hablar contigo un momento, mira, soy un fotógrafo aficionado y quiero enseñarte unos...desnudos artísticos.

Lucifer se saca un sobre del bolsillo, se lo entrega al borracho, que las mira con cara de terror.

Lucifer: Desde luego das menos asco con ropa, pero me das ganas de vomitar igualmente.

Borracho: ¿De dónde has sacado estas fotos? Es imposible, no...no es posible, te hubiese visto...no...¿qué quieres? ¿Dinero?

Lucifer: Oh, no, no, sólo quiero que pienses en ello. Y que pienses que yo lo sé. Quédate las fotos y míralas. En mi larga vida he conocido todos los vicios de la humanidad, y los tuyos son los peores. Ni siquiera en el infierno habrá lugar para ti.

Lucifer escupe en la copa del borracho y se la acerca con hostilidad a la boca.

Lucifer: Buenas noches.